EL INFANTE DON CARLOS
Felipe II tuvo que hacer frente a
una serie de dificultades familiares y la amenaza que suponía el estado de
salud del príncipe heredero, el infante Don Carlos. Alrededor de la figura del
mismo que hubiera sido el heredero de la corona, hay una leyenda negra, pero lo
cierto es que poco de lo que se dice “por ahí” es cierto. Carlos era un
enfermo, tanto físico como mental; esto se debía a que era el resultado de varios
matrimonios consanguíneos. Tenía varias malformaciones físicas (que el cuadro
de Sánchez Coelli pintado en 1557 demuestra). En este cuadro se trató de
disimular el verdadero estado del príncipe colocando una capa.
Este es el famoso cuadro mencionado anteriormente, en el que se puede apreciar a simple vista que la salud física y mental del príncipe heredero dejaba mucho que desear.
Hay que destacar que cuando el
emperador Carlos V le vio por primera vez se llevó una desagradable sorpresa y
dio instrucciones de que fuera corregido antes de hacerle aparecer en público.
En 1562 don Carlos sufrió un grave
accidente que por poco le cuesta la vida al caerse por las escaleras mientras
perseguía a una criada.
En 1557 tras firmarse la paz de
Cateau-Cambrésis, se había concertado su matrimonio con Isabel de Valous, hija
del rey de Francia.Aunque finalmente sería Felipe II quien desposaría a la
princesa.
A pesar de su delicada salud y de
sus malformaciones, el príncipe fue reconocido como heredero del trono el 22 de
febrero de 1560 en las cortes de Toledo.
A todo esto, hay que añadir que
príncipe y padre no se llevaban demasiado bien y se cree que esta ruptura se
produjo a propósito de Flandes. La situación allí era muy delicada y quizá la
presencia del rey hubiera calmado los ánimos. Pero este viaje que el rey había
anunciado tantas veces siempre fue aplazado. A lo largo de la historia se ha
criticado mucho esta actitud por parte del monarca de no presentarse en
Flandes, Pero lo cierto es que Felipe II no marchó nunca porque habría tenido
que nombrar un regente para España y por lo que se sabe, al príncipe no le
podía confiar tal responsabilidad. Es por esto que se cree que el rey mandó al
duque de Alba en lugar de presentarse el mismo en Flandes.
También hay que destacar que el
heredero intentó complicar a su padre tantas veces como le fue posible, e
incluso llegó a ponerse del lado de los que se habían revelado en Flandes
Este es el famoso cuadro mencionado
anteriormente, en el que se puede apreciar a simple vista que la salud física y
mental del príncipe heredero dejaba mucho que desear, y les mostró su apoyo, de
hecho de no ser porque al final fue detenido, se habría marchado a ayudarles.
Finalmente acabaría siendo recluido
en su propia habitación y bajo vigilancia permanente, al igual que Isabel de
Portugal (madre de Isabel la Católica). Tras tomar esta decisión, el rey
Justificó la reclusión de su hijo invocando el servicio a Dios y el interés del
reino.
El príncipe Carlos moriría el 24 de
junio de 1568 en el alcázar de Madrid. Y por lo que se sabe hasta la fecha no
hay indicios de que fuera asesinado y mucho menos por su padre, al contrario de
lo que dice la “leyenda negra”.
Ante esta situación, la monarquía
se quedaba sin heredero. Cuestión que se resolvería en 1582, con el que sería
el futuro Felipe III.
Felipe II puso mucho empeño en
preparar a su nuevo hijo para las tareas que le esperaban, pero siempre albergó
dudas sobre la capacidad del futuro rey.
BIBLIOGRAFÍA:
- Pérez J. “La España e Felipe II”.
Ed: Crítica, Barcelona (2000)
Javier Gómez Gómez